EL RENACIMIENTO


El Mito de Apolo y Dafne

Cuenta Ovidio que Apolo se burló del joven Cupido, indicándole que el arco y las flechas eran armas de hombres y no de un niño. Cupido, que si bien tenía apariencia de niño, era un protogenos y un daimon, no dijo nada pero se quiso vengar de él. Así que, para castigar tal atrevimiento, cogió dos flechas de su aljaba. Una tenía la punta de oro e infundía amor; la otra era de plomo e inspiraba desprecio. Cupido dirigió la primera hacia Apolo y disparó la segunda a Dafne, hija del río Peneo y de la Tierra. Una violenta pasión por la hermosa ninfa se apoderó entonces de Apolo. Sin embargo ella, herida por la flecha del desprecio, huyó rápidamente tratando de esconderse. Apolo corrió en busca de Dafne, pero ésta, al verse perdida llegando a la orilla, solicitó la ayuda de su padre y él la transformó en un arbusto de laurel. En auxilio de sus gritos de socorro, una corteza suave le cubrió el pecho, sus cabellos se transformaron en hojas verdes, los brazos en ramas, los pies se clavaron en el suelo y la ninfa quedó transformada en laurel. Apolo, que no quería darse por vencido, abrazó el árbol y lo cubrió de ardientes besos, pero incluso las ramas retrocedían asustadas de sus labios. “Si no puedes ser mi amante”, juró el dios, “me serás consagrada eternamente. Tus hojas serán siempre verdes y con ellas me coronaré”. Desde entonces, el laurel es el símbolo de Apolo y con él se galardona a los vencedores, artistas y poetas.

SONETO XII

A Dafne ya los brazos le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecían.

De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón porque lloraba!

Comentario del poema

ANÁLISIS DE LA MÉTRICA Y LA RIMA:

 

Se trata de un poema de catorce versos endecasílabos con rima consontante. El esquema es: 11A 11B 11B 11A-11A 11B 11B 11A-11C 11D 11E-11C 11D 11E. Es un soneto clásico y perfecto.

 

TEMAS:


Este poema trata sobre el mito clásico de Apolo y Dafne. Dafne es convertida en árbol por su padre para salvarla del amor no correspondido de Apolo, que la persigue. El poema narra el momento de la metamorfosis, aunando los temas del AMOR, de la MITOLOGIA y de la NATURALEZA, propios del Renacimiento.

En la segunda parte del poema se centra en el tema del amor no correspondido, inspirado por su propio sufrimiento tras la pérdida de su enamorada, Isabel Freyre, que había fallecido prematuramente. Es como si Apolo fuera el propio Garcilaso.

 

RECURSOS:

 

En el poema podemos encontrar múltiples epítetos, del tipo verdes hojas, o aspera corteza.

Así mismo son abundantes los hipérbatos, es decir, la alteración del orden de la oración: vueltos se mostraba, crecer hacía o bullendo estaban.

Utiliza metáforas relacionando brazos-ramos, cabellos-hojas, miembros-corteza o pies-raíces.

En el verso 4 hay una hipérbole: los cabellos que el oro oscurecían. Significa que los cabellos eran tan rubios que a su lado el oro parecía oscuro. Es, por lo tanto, una exageración.

También encontramos encabalgamientos en los versos 3-4, 11-12 y 13-14:


en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecían

 

 

CONCLUSIÓN:

 

Garcilaso, a través de este soneto evoca el sufrimiento de Apolo, que al derramar sus lágrimas potencia la transformación de su amada, alejándola todavía más. Es un poema absolutamente renacentista, elegante y equilibrado, escrito por uno de los poetas más sublimes del Renacimiento.

 


Primer formulario sobre el Renacimiento




Segundo formulario del Renacimiento

Atención: Los campos marcados con * son obligatorios.